ALL STAR SUPERMAN «No leas cómics de superhéroes. ¡Sé un superhéroe!»

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En lo personal, cuando era un niño, adoraba a superman. Su figura, su poder, su determinación, su bondad y su deseo irrefrenable de ayudar a los demás hicieron que me enamorase irremisiblemente del personaje. Todavía puedo recordar vagamente, como llegué a creer que yo también podría ser un superhéroe y realizar grandes proezas, algo dentro de mí me decía que quizá algún día yo también podría volar y lanzar rayos por los ojos, tal vez en algún momento de mi vida yo también pudiese explorar nuevos mundos y luchar contra poderosos villanos. Y es que, hay instantes de nuestra niñez en los que somos capaces de percibir un “sentido de la maravilla”, en los que podemos experimentar una capacidad de asombro que el tiempo irremediablemente acabará diluyendo.

Y, precisamente, en esencia, es ese “sentido de la maravilla” al que apela el guionista escocés Grant Morrison en la obra que nos ocupa.

Es cierto que, visto ya con la mirada de un adulto, la figura de alguien como superman puede resultar cargante; demasiado bueno, demasiado poderoso, demasiado guapo, demasiado perfecto y defensor de un modelo de vida, el norteamericano, que como cualquier lector medianamente crítico sabrá, esta (en muchos casos) sustentado por la doble moral y la hipocresía más recalcitrantes.

Por otro lado, tampoco es menos cierto que, posiblemente, no exista hoy en día género más trillado, explotado y saturado en el mundo del cómic que el de superhéroes.

Pero, dicho todo esto, si superamos estos prejuicios iniciales y nos sumergimos en “All star Superman” accederemos a todo un universo nuevo, a desconocidos mundos repletos de fantasía en los que la imaginación carece de límites.

En esta aventura del hombre de acero se hace patente el ideal básico que impulsa las historias de superhéroes de  Grant Morrison. Por un lado, si Alan Moore trató de humanizar a los héroes enmascarados, de hacerlos más reales y de acercarlos a las miserias humanas, el escocés, por su parte, trató de recorrer el camino opuesto. Los superhéroes de Morrison, son héroes épicos con mayúsculas, dioses viviendo entre nosotros. Y es que, de algún modo, la colosal empresa que se ha propuesto el guionista es la de acercar nuestra realidad a la de los superhéroes.

Para ello, el cómic toma como base el concepto del mito, pero un mito desligado de cualquier connotación religiosa. Morrison considera los mitos, no como símbolos a los que adorar, sino como espejos en los que mirarnos, como referentes, como destinos a los que tratar de caminar, el planteamiento sería algo como: no adores a un mito, trata de ser como él.  O, extrapolado al cómic: no te limites a leer comics de superman, trata de ser como él, trata de imitar lo bueno de ese personaje/mito.

Y esto nos lleva a las dos teorías contrapuestas que, en esencia, rigen todo el tebeo. La visión positiva y la negativa del héroe de Metrópolis.

La negativa, sería la de su archienemigo Lex Luthor. Para el villano, el ser humano ha de poder ser el dueño último de su destino, ha de poder salvarse a sí mismo y no ser salvado una y otra vez por un alienígena. Pues, al salvarnos continuamente, superman está limitando nuestra capacidad de aprendizaje, nos está haciendo todavía más débiles, de algún modo nos hace esclavos de su poder.

En el lado contrario, la visión positiva del héroe, sería la que tienen sus amigos con Lois Lane al frente. Según ellos, superman es infinitamente más poderoso que nosotros, con lo cual podría haber elegido dominarnos, crear un nuevo orden mundial y establecer una dictadura de carácter global, sin embargo, en palabras del propio Kal-el “¿Quién soy yo para tratar de imponer mis ideas a nadie?” De este modo, el héroe ha preferido estar entre nosotros con la apariencia del bonachón despistado Clark Kent, ha elegido protegernos en lugar de dominarnos y eso es porque ve lo mejor de nosotros mismos, porque nos ve como una especie que continúa evolucionando, como una raza que todavía está en desarrollo, que aun puede dar lo mejor de sí.

Porque esa es, en definitiva, la herramienta que Grant Morrison utiliza para acercar nuestra realidad a la de los superhéroes. El hecho de que existan cosas del nativo de kriptón que se puedan imitar, y no habla de poder volar o poder disponer de visión de rayos x, sino de poseer su capacidad para ver lo mejor de los seres humanos, para respetar las opiniones de los demás, para cultivar el deseo de ayudar a quien lo necesita, para luchar, para mejorar y para aprender de cada experiencia. En última instancia, para utilizar su situación de poder en pos de ayudar a los más débiles. Imagínense por un segundo que bonito lugar sería la tierra si nuestros políticos leyesen más cómics de Grant Morrison.

Pero, esencialmente, todas estas teorías conforman, a mi parecer, el fondo de “All star Superman”. En cuanto a la forma, nos encontramos con una aventura superheróica de corte clásico, con grandes batallas frente a monstruos enormes, con viajes a otros mundos (ese magnífico “antiverso” inspirado en las teorías científicas de la materia oscura) y con las dosis justas de romanticismo. Todo ello envuelto en el fabuloso dibujo de Frank Quitely con ese sentido suyo tan personal de la anatomía y el movimiento.

Lo cual viene, en definitiva, a conformar un cómic que funciona como mecanismo perfecto para activar nuevamente, y aunque sea por un instante, ese “sentido de la maravilla” que tuvimos cuando éramos niños, esa certeza luminosa de que, verdaderamente, podríamos ser superhéroes. Pero, sobre todo, esa sensación de que, en el fondo, es todo cuestión de ponerse manos a la obra.

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EL CAUTERIZADOR Un lobo con piel de cordero

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El médico y escritor ruso Antón Chéjov opinaba que los artistas y las personas cultas habían de ser sinceras, humildes, amables y cercanas. Alguien verdaderamente culto no podía ser un intelectualoide vanidoso que mira a lo demás por encima del hombro y que aprovecha cualquier reunión social para jactarse de todas las obras que ha leído y de cuantos conocimientos posee.

Por eso, pienso que los verdaderos artistas han de acercar su obra a las personas, con humildad y comunicándose de igual a igual, el creador ha de compartir su conocimiento con todo aquel que quiera acercarse a sus creaciones.

Esto es lo que hace que considere la novela gráfica “El Cauterizador” como una pequeña joya, una obra que posee ese espíritu de cercanía, el espíritu de las grandes obras de arte. Y es que, al igual que las mejores creaciones, la que nos ocupa también se presta a una doble lectura, es un lobo con piel de cordero.

En la forma, tenemos una historia de aventuras más o menos al uso. Un protagonista que tiene que superar una serie de pruebas y enfrentarse a pavorosas criaturas en lugares inhóspitos para alcanzar un destino final.

Sin embargo, en el fondo, la historia de Vicente Damián, es un profundo viaje a la psique humana, al origen mismo del trauma. En su esencia, la obra nos invita a reflexionar sobre el funcionamiento de nuestra mente y, sobretodo, nos muestra cual puede ser el germen de la enfermedad mental en el interior de una persona.

Lo que siempre me ha parecido grandioso de esta manera de enfrentar la creación artística es que, de este modo, el autor se abre al gran público, al envolver unas ideas complejas y reflexivas con el manto amable de una historia de aventuras hace que dichas ideas se hagan accesibles para un mayor número de lectores.

Además, “El Cauterizador” posee un guión fluido, con un ritmo perfecto y con la capacidad de atrapar rápidamente al lector. (Quizá ya desde el estupendo prologo de Beatriz Bernad) Sin embargo, a pesar de todo esto, pienso que el punto fuerte de la obra es el dibujo. Un laborioso dibujo de marcado tono realista, casi fotográfico por momentos, que sirve de contrapunto perfecto a los momentos más oníricos de la historia.

Todo lo dicho viene a dar forma a una muy recomendable novela gráfica que, en esencia, no es más que la expresión humilde cercana y sincera de un artista. Muy posiblemente, Chejov esbozaría una sonrisa cómplice al leerla.

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Podéis adquirir la obra en: https://libros.com/comprar/el-cauterizador/

Web del autor: https://vicentedamian.wordpress.com/

THE MINDSCAPE OF ALAN MOORE «La magía del arte, el arte de la magía»

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A mi modo de entender, todo aquel que se acerque a este documental sobre la figura del que posiblemente sea el mejor guionista de comics de todos los tiempos debe comprender primero que, en líneas generales, existen dos tipos de artistas, los que se mantienen separados de su obra y los que se convierten en parte de la misma.

Sin duda Alan Moore pertenece al segundo grupo. Por su aspecto, su forma de hablar y sus sorprendentes teorías sobre el universo el de Northampton bien podría ser un personaje más de muchas de sus novelas gráficas.

Por eso, cuando visionemos el documental, en lugar de pensar que estamos asistiendo a un producto más para extender el ego de Alan Moore hasta el infinito, quizá deberíamos pensar más bien que estamos ante la disertación filosófica y mística de un personaje de un comic del propio Alan Moore. Y menudo personaje.

Según el tópico de las sociedades occidentales, cuando los hombres cumplimos cuarenta años tenemos varias opciones: comprarnos una moto, cambiar de look o echar una canita al aire, entre otras. Pero Alan Moore, como buen outsider vocacional, juega en otra liga. Por su cuarenta cumpleaños, el barbudo reunió a sus amigos y familiares y les dijo que iba a convertirse en mago, pero no un mago de chistera y barita, sino en todo un alquimista, ahí es nada.

Aunque parezca la excentricidad de un artista. Esto queda explicado por nuestro protagonista en la segunda mitad del documental. En la primera todo transcurre bajo una aparente normalidad, el guionista nos habla sobre su infancia y sobre parte del proceso creativo de sus obras más emblemáticas (Watchmen, V de Vendetta, La cosa del Pantano, From Hell y Lost Girls) y lo hace de un modo ameno e interesante a pesar de su voz aletargada.

Pero, en la segunda mitad del film, barra libre. El escritor se convierte en personaje, el paisaje mental de Alan Moore se abre ante nosotros, y en sus recovecos hallamos que es para el escritor la magia y porque se considera a sí mismo como un mago y un chaman.

Según lo expuesto en el documental, el origen de la palabra magia está relacionado con el de arte, las artes son magia, la escritura, la pintura o la música son magia, y lo son porque pueden alterar la conciencia del espectador, de hecho han de ser creadas para eso. La verdadera obra de arte ha de conectar con el espectador, ha de encender una chispa en su interior, hacerle cambiar su visión del mundo, aumentar su conciencia, en definitiva, volverle más sabio. La magia, al igual que el arte utiliza símbolos o arquetipos para reflejar ideales, versiones mejoradas de nosotros mismos hacía las que tratar de llegar, versiones que quizá nunca alcancemos, pero que el solo hecho de intentarlo ya nos vuelve mejores.

Una teoría que, depende de cómo se analice, tiene su lógica. El hecho de que alguien cree una obra de arte en un rincón del planeta y dicha obra influya profundamente a otra persona en la otra punta del planeta, bien podría ser considerado como un acto de magia.

Según transcurre esta segunda mitad del documental también encontramos interesantes reflexiones sobre la cábala o el tarot (Moore no lo considera un oráculo sino una especie de mapa de las emociones humanas) sobre las sociedades primitivas o sobre el estado actual de la sociedad.

Todo ello viene a conformar un interesante film con pocos aspectos negativos, tal vez el uso recurrente de algunas imágenes, unos actores algo hieráticos o una escenificación de “V de Vendetta” que resulta mejorable.

Por último y siempre desde una óptica muy personal, considero que en sus teorías, a veces el bueno de Moore se muestra un poco grandilocuente de más y peligrosamente cercano a la figura del gurú cantamañanas tipo Sandro Rey, pero imagino que eso será cosa del personaje del comic de Alan Moore en el que Alan Moore se ha convertido.

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¡UNIVERSO! de Albert Monteys

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A estas alturas de la película estamos todos de acuerdo en que Albert Monteys es un artista que no tiene que demostrar nada a nadie, ¡pero el tío es que se empeña en darnos con su calidad en la jeta una y otra vez!

Los que hemos seguido su trabajo sabemos que su gusto por la ciencia ficción resulta en alegría para el alma. Así lo demuestra su Calavera Lunar, un one shot que le valdría el premio al autor revelación del Salón del Cómic; o Carlitos Fax, su serie futurista—costumbrista destinada (en principio) al público juvenil de la extinta revista Mister K.

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Estas incursiones llegan de forma esporádica, solapadas entre la carga y ritmo de trabajo diario destinado a sus series regulares en El Jueves, pero un buen día RBA la caga censurando una portada con monarquía (¡aaah!, clásicas portada reales), una parte de sus dibujantes abandona la revista y ahí empieza el despiporre.

Monteys se implica en la fundación de Orgullo y Satisfacción, revista on-line que recoge lo mejor de la tradición juevera en cuanto a desvergüenza y libertad para cagarse en lo que haga falta. Todo parecía que iba a continuar en la misma dirección, pero entonces: ¡UNIVERSO!

empiece la presentación!

Panel Syndicate, la web creada por Marcos Martin como plataforma para distribuir The Private Eye (obra del mismo junto a Brian K. Vaughan (relacionado: reseña de Saga en acidfree)) se enorgullece en publicar el primer número de ¡Universe!, un cómic bimensual trilingüe de historias de ciencia ficción. Asombro cósmico a precios populares, el mejor subtítulo de la historia, amigos.

Lo primero que quiero pararme a acariciar es el formato de la obra. Partiendo de que estas historias están pensadas para ser leídas en dispositivos digitales se ha optado por disponer las páginas en horizontal, con el resultado de que encontraremos menos viñetas por página pero muy, muy detalladas y muy agradable de leer. Esto, junto con el uso de una paleta de colores realmente vivos y eléctricos hace que disfrutarlo en una tablet o móvil sea un disfrute total.

El apartado gráfico está que da gusto verlo: Un ambiente retrofuturista donde apreciamos un deleitarse en las viñetas grandes, en las panorámicas detalladas, en las expresiones y dinámica de los personajes. Crea un mundo cuyas reglas se mantienen entre episodios y que, a pesar de lo fantástico que pueda ser, nos resulta familiar y creíble.

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Los argumentos son dignos de la mejor ciencia ficción clásica, con paradojas espacio temporales, máquinas locas, humanos locos, existencialismo variados y momentos catacroker dignos del mejor Más allá del límite que le matarían la cabesa al denso de Nolan. Y humor marca Monteys, claro.

Me gusta. Me gusta mucho y sé que a vosotros también os va a gustar porque estáis ávidos de mandanga buena. Creo que el factor clave es que el autor está disfrutando a puñaos con esta obra y eso, ese desatamiento, se nota.
El precio de cada número es el que consideréis conveniente, desde 0€ hasta los millones que queráis ¡así que no tenéis excusa! Os invito a entrar en Panel Syndicate, descarguéis los 4 números de ¡Universo! y os repantinguéis de placer en vuestra placa base favorita.

Watchmen

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Hasta donde podemos discernir el único propósito de ser humano es encender una luz en la oscuridad de la existencia (Carl Gustav Jung)

Puede sonar a tópico, pero en mi opinión Watchmen es uno de los mejores comics de la historia. Considerado por muchos como “El Ciudadano Kane de los comics”, esta novela gráfica es una autentica obra de arte capaz de entretener, de emocionar y de encender minúsculas llamas en nuestro cerebro que nos hagan plantearnos muchas de las cosas que damos por sentadas.

Escrita por el visionario Alan Moore y dibujada con un tono entre realista y onírico por Dave Gibbons, la obra trata con suma lucidez temas como el control social, la moral, los absolutismos, la anarquía, el espacio, el tiempo, el bien, el mal, la vida… Todo ello construido como una historia coral y con un pulso narrativo tan preciso como el mecanismo de un reloj.
Muy básicamente, se podría decir que el argumento de Watchmen nos narra la historia de un grupo de superhéroes retirados y sus dudas morales y existenciales en un mundo al borde la tercera guerra mundial. Hasta aquí todo relativamente normal, pero nada es lo que parece.

Para empezar, el perfil psicológico que Alan Moore da de los superhéroes es el más realista visto jamás. Si alguna vez existiesen los héroes disfrazados en la vida real, estos habrían de enfrentarse a los mismos problemas y a las mismas dudas que los personajes del comic.

Sin dejar de lado la influencia capital que esta novela gráfica ha tenido en el mundo del comic, como por ejemplo el hecho de construir la narración como una meta-ficción con cientos de historias mezclándose y bifurcándose hasta formar un gran cuerpo en el que todo encaja, o el uso cine-matico que Dave Gibbons otorga a sus ilustraciones, a la altura de autores como Stanley Kubrick o David Lynch. Lo que más me ha interesado de esta obra es la disección que en ella se hace de la condición humana, de sus miedos, de sus mitos, de lo que le impulsa a vivir.

Cada personaje, cada superhéroe bien podría ser una pequeña parte de nuestro yo;  la voluntad indestructible de Rorschach, la megalomanía de Veidt, el desapego del Dr. Manhattan, todos y cada uno de los seres que deambulan por las viñetas de Watchmen tienen algo de nosotros mismos.

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Saga, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples

Saga es una serie de cómics Space Opera escrita por Brian K. Vaughan (guionista de cómics como Y: El último hombre, Ex Machina, Runaways y Los Leones de Bagdad) y ilustrada por Fiona Staples, ganadora de varios premios gracias a la ilustración de este cómic.

Es publicado mensualmente por Image Cómics desde 2012, cuenta con varios premios y una gran aclamación por parte de la crítica desde su lanzamiento, comparándolo con obras tan diversas como Star Wars, El señor de los anillos, Juego de Tronos, Romeo y Julieta, etc.

 


Argumento

La serie está en gran medida influenciada por Star Wars, y está basada en ideas que Vaughan tuvo tanto cuando era un niño y ahora que es padre. Esta describe a dos amantes pertenecientes a dos razas extraterrestres envueltas en un largo conflicto bélico, Alana y Marko, escapando de las autoridades de ambos lados de una guerra galáctica mientras ellos luchan por cuidar a su hija recién nacida, Hazel, que ocasionalmente relata la serie.

 

[spoiler title=’Argumento (contiene spoilers del cómic)’ collapse_link=’true’]El primer arco argumental introduce a los protagonistas de la historia, Alana y Marko, dos amantes de diferentes planetas. que sus habitantes están en guerra entre ellos. Alana viene de la tecnológicamente avanzada Coalición de Landfall, llamada en nombre de Landfall (Terravista), el planeta más grande de la galaxia, y Marko proviene de Wreath (Guirnalda), el único satélite de Landfall, donde su gente tiene la habilidad de utilizar la magia. Debido a que la destrucción de uno de los dos mundos enviaría al otro fuera de órbita, la guerra fue «exteriorizada» a otros mundos. Aunque la paz fue restaurada en los dos mundos originales, el conflicto de expandió a través de todos los otros planetas conocidos, donde sus especies nativas se vieron obligadas a elegir un bando. Dado que Landfall y Wreath están en lados opuestos, Alana y Marko se conocieron cuando ella fue asignada a custodiar a él, en una prisión en el planeta Cleave después que él se convirtiera en un prisionero de guerra. Ellos se escaparon juntos doce horas después que se conocieron. En el comienzo del primer número de la serie, Alana da a luz a su hija, Hazel (Avellana), que ocasionalmente narra la historia. Poco tiempo después, el trío es encontrado por equipos de ambos mundos, que se terminan asesinando entre ellos tratando de capturarlos, una masacre a la que es culpada la pareja. Sus respectivas naciones son incrédulas cuando es sugerido que ellos están voluntariamente unidos, y ellos son perseguidos tanto por el gobierno de Wreath y Landfall, debido a que ambos grupos perciben como traición los actos de esta familia fugitiva, y para prevenir que se expanda el conocimiento de su unión, lo cual dañaría la morar entre sus tropas. En Landfall, el Príncipe Robot IV es asignado por su padre el Rey Robot para capturarlos, y entra en conflicto con su contraparte de Wreath, un mercenario llamado The Will (La Voluntad) que fue contratado por el alto mando del satélite, The Narrative (La Narrativa). El fantasma de una niña llamada Izabel es unida a Hazel, actuando como su niñera, y los cuatro escapan de Cleave antes de ser confrontados por los padres de Marko en la nave-árbol[/spoiler]

 

Opinión personal

Saga es un cómic con mucho potencial, se disfruta tanto la historia como la ilustración, que me parece tremenda, engancha desde la página uno, es capaz darle un toque cómico a las situaciones más dramáticas (como se puede observar perfectamente en las primeras páginas), muy ameno de leer, con una buena ambientación y un universo magnífico, muy recomendable.


De momento la serie cuenta con 27 números individuales, y a su vez con la recopilación en rústico que cuenta por ahora con 4 tomos (a un precio aproximado de unos 17€)