¡UNIVERSO! de Albert Monteys

Universe!

A estas alturas de la película estamos todos de acuerdo en que Albert Monteys es un artista que no tiene que demostrar nada a nadie, ¡pero el tío es que se empeña en darnos con su calidad en la jeta una y otra vez!

Los que hemos seguido su trabajo sabemos que su gusto por la ciencia ficción resulta en alegría para el alma. Así lo demuestra su Calavera Lunar, un one shot que le valdría el premio al autor revelación del Salón del Cómic; o Carlitos Fax, su serie futurista—costumbrista destinada (en principio) al público juvenil de la extinta revista Mister K.

calavera-lunar

Estas incursiones llegan de forma esporádica, solapadas entre la carga y ritmo de trabajo diario destinado a sus series regulares en El Jueves, pero un buen día RBA la caga censurando una portada con monarquía (¡aaah!, clásicas portada reales), una parte de sus dibujantes abandona la revista y ahí empieza el despiporre.

Monteys se implica en la fundación de Orgullo y Satisfacción, revista on-line que recoge lo mejor de la tradición juevera en cuanto a desvergüenza y libertad para cagarse en lo que haga falta. Todo parecía que iba a continuar en la misma dirección, pero entonces: ¡UNIVERSO!

empiece la presentación!

Panel Syndicate, la web creada por Marcos Martin como plataforma para distribuir The Private Eye (obra del mismo junto a Brian K. Vaughan (relacionado: reseña de Saga en acidfree)) se enorgullece en publicar el primer número de ¡Universe!, un cómic bimensual trilingüe de historias de ciencia ficción. Asombro cósmico a precios populares, el mejor subtítulo de la historia, amigos.

Lo primero que quiero pararme a acariciar es el formato de la obra. Partiendo de que estas historias están pensadas para ser leídas en dispositivos digitales se ha optado por disponer las páginas en horizontal, con el resultado de que encontraremos menos viñetas por página pero muy, muy detalladas y muy agradable de leer. Esto, junto con el uso de una paleta de colores realmente vivos y eléctricos hace que disfrutarlo en una tablet o móvil sea un disfrute total.

El apartado gráfico está que da gusto verlo: Un ambiente retrofuturista donde apreciamos un deleitarse en las viñetas grandes, en las panorámicas detalladas, en las expresiones y dinámica de los personajes. Crea un mundo cuyas reglas se mantienen entre episodios y que, a pesar de lo fantástico que pueda ser, nos resulta familiar y creíble.

universe3

Los argumentos son dignos de la mejor ciencia ficción clásica, con paradojas espacio temporales, máquinas locas, humanos locos, existencialismo variados y momentos catacroker dignos del mejor Más allá del límite que le matarían la cabesa al denso de Nolan. Y humor marca Monteys, claro.

Me gusta. Me gusta mucho y sé que a vosotros también os va a gustar porque estáis ávidos de mandanga buena. Creo que el factor clave es que el autor está disfrutando a puñaos con esta obra y eso, ese desatamiento, se nota.
El precio de cada número es el que consideréis conveniente, desde 0€ hasta los millones que queráis ¡así que no tenéis excusa! Os invito a entrar en Panel Syndicate, descarguéis los 4 números de ¡Universo! y os repantinguéis de placer en vuestra placa base favorita.

Parasyte. Una comida de cabeza de cuidao.

cabecera parasyte

¿Qué sería hoy de mí si me hubiera declarado a la Marisa? ¿Y si hubiera elegido ciencias y no letras? ¿Me mirarían distinto de haber descubierto el desodorante con algún año de antelación?
Preguntas vanas a las que difícilmente encontraréis respuesta.

Sin embargo hay un ¿y si…? con respuesta inamovible: ¿Y si hubiera leído Parasyte en 1990? Hoy sería el calvo con melena de camisetas de tirantes blancas que todos creen que trabaja en el parking del salón del manga. SERÍA UN FLIPAO.

Parasyte, titulado originalmente 寄生獣 (evitad la rima fácil), es un manga de Hitoshi Iwaaki, publicado desde 1988 a 1995 en la revista Afternoon de la editorial Kodansha, según acabo de leer en la wikipedia.

La historia empieza cuando, una noche, aterrizan en la Tierra unos pequeños organismos que se introducen en el cerebro de algunos humanos y los convierten en seres sin alma con una tremenda apetencia por la carne humana. Curioso que al finalizar este manga empezara a gobernar Aznar ¿verdad?
No todos estos bichos consiguen su objetivo, por mera casualidad al bueno de Shinichi se le queda el parásito en su brazo derecho, cobrando vida (pero que le salen ojos y habla y todo, ¿eh? ¡y con manos! ¡una mano con manos!) y, bueno, aquí empieza la fiesta que todos conocéis de cualquier otro manga actual: institutos, masacres, romance, asesinatos, humor, mutilaciones, crecimiento personal y lluvia de tripas.

Parasyte

No os sorprenderán ni el dibujo ni el ritmo de todo esto, no hay nada innovador ni por lo que destaque especialmente, sin embargo la historia es muy entretenida y bien llevada. Aunque el tema de la suplantación de identidades lo hayamos visto unas cuantas veces ya, toda la obra está impregnada de un mensaje ecologista y existencialista que le dan al asunto algo más de empaque.

No podéis, eso si, cometer el mismo error que yo, que lo leí traducido al español por unos chavales hoygan. Cuando llegué al capítulo 40 no podía dejar de llorar, no de la emoción sino de la infección. Si en algo respetáis vuestra cordura visual, buscad una traducción aceptable o leedlo directamente en inglés, que no tiene demasiada complicación.

Llegué a este manga porque hablando con un compañero japonés acerca de películas, me dijo que necesitaba ver la adaptación que se marcaron hace un año de este. Aún no la he visto, pero si echáis un ojo al trailer veréis que es lo que promete.

También tenéis un anime que por lo visto no está mal, y es de pocos capítulos, no un Naruto de la vida de 700 que sólo con pensarlo se me encoge el pespunte.

¡Hala! ¡A fliparse un ratico!

Nosotros llegamos primero

Portada Nosotros llegamos primero

Año 1961. El caudillo, en un sueño claramente premonitorio visualiza la misión que que elevará a España a lo más alto, literamente: poner la rojigualda en la luna. Con este objetivo entre ceja y ceja, reúne a las mentes más brillantes de la nación y los dispone para que ese sueño se haga realidad.

Los que hayan podido disfrutar la obra de Furillo en otras publicaciones, como sus colaboraciones en el Jueves o en el TMEO, podrán hacerse una idea del embalaje marrón que va a tener esta obra: megatetas, pollazos, litros y litros de fluidos, coñac, Ducados, violencia, muertes vergonzantes, caspa y pelos sudaos.
Pueden hacerse, como decía, una idea del embalaje, pero ni se imaginan qué cotas de genialidad y grandeza puede alcanzar el contenido. ¡Como de aquí a la luna!

En esta obra distinguimos dos grandes bloques; en el primero vamos a encontrar el inicio y los preparativos de la misión, con tramas entretejidas de espionaje internacional, thriller político, asesinatos, fulanas a porrillo y experimentos nazis. El segundo, cuando arranca la misión, es una pura space opera interdimensional que para sí la quisiera el pesado de Nolan.

Página - nosotros llegamos primeroOs puede parecer que tanta mandanga va a ser demasiado para la mente, pero para nada, la narración de todo esta odisea está muy bien tejida, y cada trama que se abre queda resuelta y cerrada satisfactoriamente. Como cada orificio corporal.
Además, más allá del divertimento y del exceso, el retrato que se ofrece de la sociedad de aquella época no dista mucho de la actitud que muestran actualmente los que la vivieron con placidez. ¿De verdad hemos cambiado algo desde entonces?

El dibujo de Furillo, ultradetallista hasta el poro como siempre, es una delicia para la vista y una hostia para el buen gusto. Línea a línea de rotulador, te obligará a más de una relectura para apreciar cada segundo plano, cada expresión de orgullo nacional y cada cameltoe cósmico.

Yo no puedo más que recomendar este tebeo que os dejará ligeros y bien a gusto, y quedará genial en vuestra estantería gracias a la bonita edición de Autsaider Cómics.

Lo podéis comprar en Amazon, en la web de Autsaider y en vuestra librería de confianza.

El marciano

Portada de El Marciano

Como humano del siglo XXI (Homo Mercadonis) si de pronto me encontrara solo en una llanura desierta, por ejemplo en Logroño, estoy seguro de que duraría menos que las dietas de Paquirrín. En menos de un día me encontrarían muerto, con los esfínteres relajados en exceso y con varios kilos de tierra en el estómago. Esto es así, y es válido para casi todos los habitantes del planeta: somos seres sociales y gregarios y sin contacto con otros iguales estamos perdidos. ¡Perdiditos!.

En referencia a esto, al bueno de Mark Watney le ocurre una cosa muy graciosa durante un viaje de trabajo: tras un accidente, sus compañeros le dan por muerto y deben abandonar su cuerpo. La buena noticia es que en realidad está vivo. La mala, que está en Marte.

Así arranca esta novela escrita por Andy Weir y publicada en España por Ediciones B en la que Watney, uno de los primeros hombres en pisar Marte (y uno de los primeros en ser abandonados allí), emprende una loca carrera por la supervivencia con la ciencia y el ingenio por compañeros. Y es que aunque las vistas sean preciosas el planeta rojo no es la panacea en términos de habitabilidad, así que nuestro protagonista tendrá que utilizar todo su conocimiento para sobreponerse a los rigores de un medio ambiente asesino, a una soledad apabullante y a la música disco de los 70. Sí, amigos.

El autor se ha documentado concienzudamente. Muy concienzudamente.
Todas las situaciones que se nos plantean en la novela se apoyan en unas bases físicas y tecnológicas realistas, lo que ayuda a que percibamos más real el peligro al que el protagonista se enfrenta y sus esfuerzos por evitarlos.

La historia se desarrolla de forma ágil y con bastante sentido del humor por lo que la lectura no se hace nada pesada, aunque en mi opinión, utiliza demasiadas veces la misma estructura narrativa cada vez que se enfrenta a un nuevo contratiempo, cual capítulo de Colombo: si algo va muy bien sabes que en breve va a ir como el Viñarock 2007.
Esto juega un poco en su contra, ya que esta anticipación provoca que en determinados momentos no consigas empatizar con la angustia y tensión que debería ser primordial para mantenerte en el relato.

Aún así es un gran libro, muy disfrutable y mu rico. Y debéis leerlo antes de que Ridley Scott saque la película a finales de año y fastidie una buena historia con sus chorradas infinitas!

Foto de Ridley Scott muy loco y sin miedo
¡Estoy loco y no tengo miedo!